Durante muchos años, incluso antes de la transición fue lugar de reconocimiento y homenaje a los asesinados durante la represión devenida del golpe de estado del 18 de julio, el 20 en Teruel. Estos homenajes se hacían de forma individual y desde la clandestinidad del anonimato. Asimismo y como apunte hay que decir que, cuando fue a inagurarse el Valle de los Caídos, fueron extraídos restos de los allí asesinados para llevarlos a ese monumento con el motivo de que descansaran allí restos de “españoles de los dos bandos” con la intención de la llamada “reconciliación nacional”.
En octubre de 1979 se materializa la construcción del Monolito llegándose a inaugurar el 10 de mayo de 1980. El remate de una placa de mármol donde había en ese momento la inscripción “A nuestros compañeros caídos por defender la libertad y la democracia” .
A través de los años se ha cambiado la inscripción del monolito principal por la leyenda: “A nuestros compañeros fusilados por defender la libertad y la democracia”, al mismo tiempo que se unificaba el entorno de los pozos.
Carmen, Alba y Marta.
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