Los caracoles se pueden cocinar tanto en la hoguera como en el horno; con vino, con sofrito de tomate, con pimientos y guindillas; pueden aromatizarse con tomillo y laurel además del romero; junto con chorizo y longaniza ; freírse con garbanzos y arroz; cocinarse con tocino, incluso rellanarse con cebolla ajo y miga de pan; aromatizarse con trufa (entrada 4).
La receta que procedemos a describir combina los diferentes gustos y aromas de la naturaleza:
SOFRITO DE CARACOLES CON AROMA:
Primero se lavan bien los caracoles estregándolos con agua y sal hasta que salgan bien todas babas que los caracterizan. Se cuecen los caracoles con ajos, laurel y un hueso de jamón. Luego se fríe la cebolla junto al tomate, un poco de chorizo, jamón serrano, pimentón dulce, laurel y tomillo. Cuando los sabores de los distintos ingredientes del sofrito se hayan mezclado y fusionado, se echan los caracoles dejándolos cocer lentamente un buen rato.
Paula, Beatriz e Isabel.
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