Con el tiempo esta costumbre se ha ido perdiendo por comodidad, el mantenimiento, matanza y procesado conllevaba la inversión de muchas horas, además del cambio de las casas con corrales y cuadras por los pisos.
Aún así en los pueblos que atraviesa la vía está tradición sigue vigente, y para muchas familias sigue siendo un elemento muy importante en su alimentación.
La mayoría de los habitantes compra la carne de gallina y huevos en los supermercados, perdiendo la calidad de la de corral.
Actualmente se esta fomentando la conservación de algunas subespecies de gallinas propias de estas zonas, además en las en las carnicerías podemos encontrar carne de gallina ecológica, que a pesar de ser más cara, mantiene la calidad y el buen sabor tradicional de la gallina de corral.
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