Las fiestas patronales se celebran en septiembre en honor al Santo Cristo para agradecer las cosechas obtenidas durante el verano.
La cencerrada: cuando dos personas viudas se casaban, era típico montar jaleo. Los mayores del lugar y los mozos casados, escondidos y armados de cencerros armaban mucho escándalo.
San Antón: la gente del pueblo se reúne, hacen hogueras (una en cada barrio) y cenan en una ambiente familiar y distendido.
En honor a San Quintino, los mozos cogían una vaca de la vacada y la toreaban.
Alejandro, Víctor y Cristina
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